martes, 8 de mayo de 2012

Las Versiones del Agente Knife



Versión 1.0

El agente Knife se arrojó al mar con la idea de resolver el crimen. Pero no el suyo

Es, por decirlo de alguna manera, la idea bruta del microrrelato cuyo principal objetivo es sembrar la duda, crear un halo de misterio y hacer pensar al lector; actividad está última muy poco practicada por algunos.

Lo que se pretende con el microrrelato, este o cualquiera, es que con la primera lectura se logren los objetivos mencionados anteriormente sin tener que hacer pensar al lector si tal o cual elemento está correctamente colocado o expresado. Ha de poseer una “redondez” tal que, en la imaginación del sufrido lecto,r queden las dudas justas debidas a la construcción del relato pero no por la elección de las palabra o por la forma de dejarlas caer sobre el.

Cada microrrelato debe ser un homenaje al heroísmo del lector que presta su tiempo y su inteligencia y, por ello, debemos darle en pago algo que le llene y no le deje tan mal sabor de boca que tenga que sacárselo ahogando su desesperación en vino (aunque si fuera un buen vino quizá también nos los agradeciera, pero no están las economías para dispendios etílicos)

En la primera versión se mezclan muchas ideas: un agente que se tira al mar pero no sabemos si vivo o muerto, un crimen, pero no el suyo, entonces ¿de quien? ¿Lo resuelven las capacidades natatorias de Knife al llegar a una ciudad con cúpulas de cristal, por decir algo?¿Lo resuelve CSI Ibiza cuando encuentran trazas de Polonio en su cuerpo?

Muchas dudas plantea un relato tan abierto, infinitamente abierto, y algunas se deben despejar pero otras deben quedar al libre albedrío del lector de forma que si al volver a leerlo tiempo después encuentra otra resolución distinta, pues mejor que mejor. En la elección de que dudas resolver y cuales no está la maestría del autor.

Así que vamos a dejar que Knife se ahogue como acto supremo de detective profesional, le den una medalla a título póstumo para mayor gloria mediática de mandos policiales y que, como pecador que era, en su pecado lleve implícita la penitencia.


Versión 1.1

El agente Knife se arrojó al mar con la idea de que su hinchado cadáver resolviera el crimen. Pero no el suyo”

Releído de nuevo el uso del sustantivo “idea” da la sensación de seguridad en la resolución del caso y todos sabemos que no todos los casos se resuelven, ni siquiera en la literatura, así que vamos a darle un toque real a asunto y sustituir “idea” por “esperanza”. De esta forma, dependiendo del grado de optimismo del lector, el caso se resolverá o no.

Versión 1.2

El agente Knife se arrojó al mar con la esperanza de que su hinchado cadáver resolviera el crimen. Pero no el suyo”.

¿Que crimen quiere resolver nuestro abnegado agente? Es el momento de decidirlo. ¿Desea que trinquen a un asesino en general o a uno en particular? Es más divertido dejarlo abierto y dejarlo como está, pero siento el riesgo en las neuronas y quiero darle una vuelta de tuerca: voy a cerrar el círculo y, de paso, quitarle los oropeles mediáticos a los mandos policiales.

Versión 1.3

El agente Knife se arrojó al mar con la esperanza de que su hinchado cadáver resolviera el crimen. Pero no el suyo, si no el que él mismo cometió”.

Pues ale, ya tenemos un policía asesino y suicida. Al menos no robó, ¿o quizá sí? Vamos a hacerle saltar al mar con algo en la mano que indique la naturaleza de su crimen y aquí se abren otras muchas posibilidades: por amor, por codicia, por placer o por accidente.

Un asesinato por accidente queda muy soso y muy visto ya en el cine: ¿cuantos policías matan sin querer a niños y niñas que inocentemente jugaban en el parque mientras se produce un tiroteo? Si además esto ocurre el día antes de la jubilación del policía el suceso es tan equiprobable como que lo maten (son las leyes de probabilidad cinematográficas).

Por amor: Podría quedar muy pero que muy cursi así que nos queda por codicia o placer. A mi, personalmente, me apetece más que nuestro decepcionante agente haya matado por placer y no por codicia, pero es que un Asesino en Serie, policía y con remordimientos me produce el extraño deleite de la desazón.

¿Que objeto acusatorio y descriptivo puede llevar encima nuestro oscuro amigo? Pues una caja con las pruebas.

Versión 1.4

El agente Knife se aferró a la caja aún con salpicaduras de sangre frecsa, pasó el dedo por ella y lo lamió con deleite. Cuando el sabor se hubo difuminado se arrojó al mar con la esperanza de que su hinchado cadáver resolviera los crimenes. Pero no el suyo, si no los que él mismo cometió”.

Y, por mi parte, aquí acaba la transformación del heroico agente Knife en un deleznable ser con una única decisión acertada en su vida: su propio suicidio.

Bien, vale les he manipulado creando el clima que a mi me ha parecido. Ha sido un juego, lo asumo, pero si han llegado hasta aquí es que también lo han disfrutado y su sombría conciencia se ha relamido aunque sea de forma imperceptible.

Y ahora, si me perdonan, tengo algo que hacer.

Firmado: Agente Knife

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